Se sabe que, en promedio, las trabajadoras mujeres ganan menos que los hombres ya que realizan tareas con salarios más bajos o porque, producto del trabajo no pago en el hogar, se emplean menos horas en relación de dependencia. Además de esta desigualdad, y aunque cueste creerlo, hasta hace muy poco el gremio alfajorero, nucleado en la Federación Pastelera, tenía dos escalas salariales divididas por género. Frente a una misma tarea un empleado varón ganaba más que una mujer.
“Cuando una mujer y un varón entraban a trabajar a una empresa alfajorera, el varón entraba ganando con un 22 por ciento más siendo que básicamente hacían las mismas tareas y básicamente los dos estaban aprendiendo. Entonces, en ese sentido estaban en igualdad de condiciones” nos explica Natalia Angel, trabajadora de la fábrica Havanna, de Mar del Plata.
-¿Cómo empezaron a organizarse?
Siempre hubo pequeños brotes de “¿por qué cobramos menos?” pero nunca llegábamos a organizarnos de manera tal para que esto diera frutos. Hace dos años atrás compañeras que hacían horas extras empezaron a ver la diferencia abismal que había sobre el valor de la otra extra, que es sobre la categoría que cada una tiene, y el valor de la hora extra de nuestros compañeros varones con mucha menos antigüedad que nosotras. A partir de esto decidimos hablar con todas, definimos un grupo que es el que iba a llevar las inquietudes al sindicato. Tratamos de consensuar acciones, tratamos de formarnos, de aprender de otros convenios, de buscar las leyes que nos regulan.Ya lo veníamos viendo en las leyes de protección en estas cuestiones de desigualdades que no podía haber una doble escala salarial, que estábamos discriminadas.
-¿Qué vínculo tuvieron con el sindicato? ¿Cómo intervinieron?
El gremio tomó, puso manos a la obra en estas cuestiones y nosotras, no obstante, seguimos trabajando a la par con el gremio. Nos reuníamos todos los sábados en el sindicato con la abogada del gremio, María Silvia Coronel, y con ella fuimos configurando lo que hoy tenemos como acuerdo. Al principio nos costó muchísimo. Pasamos por audiencias que fueron bastante desagradables para nosotras. No encontrábamos el ámbito donde se entendiera de qué estábamos hablando. La negativa de la empresa al principio fue terrible hasta que después nosotras pedimos la intervención, no solo del Ministerio de trabajo a nivel regional sino de todas las secretarías de género que habían sido creadas en el Ministerio de trabajo. Y esto pasó a manos del Secretario de trabajo que es Bellotti. Ahí aparece en acción Patrica Saenz (Directora nacional de protección e igualdad laboral) y el tema empieza a avanzar y tenemos una propuesta real de la empresa en base a lo que nosotras ya habíamos elaborado luego de leer las definiciones del convenio y agarrar todos los puestos de trabajo que hoy por hoy hacían las mujeres y encuadrarlas en esas definiciones. Encuadraban perfecto. Esto se va a anexar al convenio, no es que el convenio se abrió en su totalidad, se va a anexar como una mejora sobre estos artículos.
-¿Qué pasa con las otras empresas alfajoreras?
Hoy por hoy este es un acuerdo que firmó Havanna con sus trabajadoras pero a nivel sindical es un acuerdo que se va a tratar de extender y que se tiene que extender a las demás empresas alfajoreras porque como ya se nos dijo: una doble escala salarial de esas características no puede existir más. Había otras empresas donde el problema ya estaba solucionado como en Balcarce, que ellas ya hace rato habían trabajado este tema, empresa adentro y sus delegados.
-¿Cuál es la situación en Havanna? ¿Ya se empezó a aplicar la escala unificada?
Después de años de no tomar mujeres, la empresa tomó compañeras mujeres y esas compañeras entraron ganando igual que los varones. Ya de hecho la empresa lo modificó.
Otra cosa importante que creo que es bueno resaltar es que las primeras recategorizaciones van a ser sesenta. Nosotras somos muchas más pero se consiguió que haya una cláusula para que cada seis meses se revisen las categorías, se revean los puestos de trabajo. Una vez que empiecen a recibir las categorías, es imposible no tener reclamos. En eso se está trabajando internamente en el gremio, ver cómo llevamos adelante los reclamos, para que la empresa categorice a la compañera si le corresponde. Por ahí a algunas nos va a tomar un poquito más de tiempo pero lo importante es que lo vamos a lograr. Lo importante, lo principal que queríamos que nuestras compañeras entiendan también es que esto es una apertura a un mundo de posibilidades que no teníamos, que de a poco vamos a ir ganando terreno, que en la práctica nos va a costar, en lo real, en lo concreto, trabajar con los encargados porque algunos son bastante detractores de esto pero ya está firmado, lo tienen que respetar. Vamos a tener que construir, dar pequeñas batallas todos los días hasta que esto se naturalice y se aprenda a trabajar de otra manera y con otra óptica ahí adentro.
Estamos re contentas y nosotras, el grupo que se formó y que estuvo presente en las discusiones estamos con más inquietudes y con ganas de generar otras cuestiones dentro del gremio que tienen que ver con las cuestiones de género. Yo creo que en el gremio tenemos un buen ámbito de escucha y de llegada para que las autoridades del gremio empiecen a modificar ciertas cosas. Nos costó pero se nos escuchó y yo creo que de eso no hay vuelta atrás.