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El Roble N° 157 – Editorial Octubre: «El SUTNA nos demuestra que es posible luchar por más»

Movilización al Ministerio de Trabajo. Foto: Alejandro Valko.

La creación de empleo en Argentina está en ascenso desde hace ya más de un año. La tasa de desempleo llegó al 6,9 % en el segundo trimestre del año y la tasa de empleo (proporción de la población ocupada sobre la población total) fue del 44,6%(1), cifras muy similares a las de 2008, cuando fue el fin del llamado “viento de cola”. A su vez  hay que remarcar que gran parte de estos nuevos puestos de trabajo no son registrados o se dan en condiciones cada vez más precarias. La caída del salario se acentúa cada vez más. De acuerdo con los datos oficiales, en los últimos cuatro años fue del 20% pero en realidad esta tendencia ya lleva más de una década y nuestros bolsillos dan cuenta de que ha sido mucho más pronunciada.

Este combo de suba en niveles de empleo, peores condiciones laborales y deterioro del poder adquisitivo está provocando un incremento en las luchas. Al conflicto del neumático debemos sumar los de peajes, empresas lácteas y marítimos como a su vez conflictos docentes  y otros en varias provincias, en el  que sin dudas será el inicio de la búsqueda de mejores salarios y condiciones.

A esta realidad la burguesía quiere responder avanzando sobre el derecho de huelga. En las últimas semanas asistimos a las fascistas declaraciones de Espert que habló de «Cárcel (6 meses a 3 años) o bala» para los directivos del SUTNA y luego «Sindicato que cierra empresas, sindicato al que hay que sacarle la personería gremial». El repudio del Frente de Todos a estas declaraciones por violar derechos constitucionales suena un tanto hipócrita cuando el propio ministro Moroni realizó una presentación ante la Justicia Federal, solicitando la intervención de la misma ante la permanencia de directivos del SUTNA en el edificio de Callao; o ante el silencio “estampa” sobre  la detención en San Nicolás de dos sindicalistas pertenecientes al Sindicato de Camioneros,el dirigente gremial Fernando Espíndola y  Maximiliano Cabaleyro, referente del gremio y concejal del Frente de Todos, acusados del bloqueo del ingreso a una pyme de San Pedro, en el marco de un conflicto gremial en febrero de 2021.

A lo dicho, sumamos la aparición de proyectos como el de la senadora Carolina Losada, de Juntos por el Cambio, que impone penas de cárcel de dos a cuatro años a trabajadores, “sindicalizados o no”, que participen de bloqueos en empresas. La acompañan en la embestida una decena de legisladores de esa fuerza, como Alfredo Cornejo (UCR), Luis Naidenoff (UCR), Stella Maris Olalla (UCR), Eduardo Vischi (UCR) y Guadalupe Taglarierri (PRO). Advierten que “nos encontramos en un escenario de conflictividad sindical creciente”, que tiende a agravarse por “la inminente recesión económica”, ante lo cual consideran necesario anticiparse con la aprobación de leyes represivas.

Vemos claramente que  la clase patronal  al frente del Estado opta por criminalizar la protesta para así obtener la paz social que reclaman para seguir avanzando sobre condiciones laborales y salarios. Mientras, por el lado de la clase trabajadora, las centrales obreras también apuestan por esa paz social como dijo Yasqui: “Hoy Massa está tomando medidas que son necesarias para que este país no salte en pedazos y que son dolorosas”.

Ante esta avanzada patronal con la siempre servil venia de la mayoría de los dirigentes gremiales, las y los trabajadoras y trabajadores tenemos que oponer una política propia, que parta de reconocernos como clase social con intereses opuestos a los de la burguesía y con la claridad de que esta lucha es hoy y en las calles con nuestros métodos de acción: la asamblea resolutiva y la huelga. El triunfo de los trabajadores del neumático demuestra que es posible desarrollar esta perspectiva, aún cuando la mayoría de las conducciones peronistas insisten en querer apaciguar las aguas diciendo que “no dan las fuerzas para otra cosa”. 

Hoy  debemos solidarizarnos con cada lucha ya que son la expresión concreta de esta realidad. Es allí, en estas batallas cotidianas donde se dirime el futuro próximo.

También tenemos que plantearnos que al modelo de sociedad donde unos pocos se llevan lo producido por millones hay que derribarlo de lleno y construir una sociedad de iguales donde la producción esté al servicio de las necesidades de quienes la realizamos. En lo inmediato tenemos que apoyarnos en los procesos genuinos que surgen desde las bases; tenemos que ir de lo pequeño a lo grande, de lo local a lo más general, con paciencia y, fundamentalmente ayudando a construir en ese proceso una dirección política capaz de direccionar las luchas  al enfrentamiento de clases.

Equipo de El Roble.

(1) Informe del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma: Tensiones entre empleo, desempleo y precarización

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Editorial El Roble N° 144 Octubre – Edición especial por cuarentena: «Tirar por la borda el lastre»

– ¡¿Cómo que no rema más?!… ¡¡Me extraña, Fernández!! ¿Estamos o no estamos todos en la misma barca? – Le dice un señor a un hombrecito que rema solo bajo la tormenta mientras otro montón de señores de traje lo miran con expresión de reproche.

El 30 de septiembre falleció Quino, autor de esta viñeta (y de muchas otras, como la tan recordada Mafalda) que, aunque tenga unos cuantos años de publicada, pareciera estar hablando de la situación actual.

 “De esta salimos entre todos” o “a todos nos toca poner el hombro” nos decían desde el inicio de la pandemia los slogans oficiales. Sin embargo, la CGT, empresarios y gobierno se pusieron de acuerdo en autorizar rebajas salariales de hasta un 25% y acordaron techos salariales de miseria. El 1% más rico del país amparado por el poder político se sigue negando a pagar un escaso impuesto a la riqueza -que desde el gobierno se apuran en aclarar: “es por única vez”-.

“Estamos en el mismo barco” pero a los que no tienen nada y se lanzan desesperadamente a tomar una porción de tierra, bancandose el frío, la lluvia y las patotas, se les niega la posibilidad de una vivienda digna. En muchas de esas tomas -el caso más resonante el de Guernica, pero son muchísimas más- el desalojo y la represión fueron la respuesta. “El mismo barco” pero quienes comandan el Estado defienden a capa y espada la propiedad privada, aún cuando los supuestos dueños de la tierra estén flojitos de papeles o sea sostenida con estafas vergonzantes como en el caso Vicentín.

En ese “mismo barco” el desempleo ya pasa el 13% y la pobreza alcanza al 40% de la población. Pero se le baja retenciones a la exportación de soja (y a las mineras) como una palmadita en el hombro de los capitalistas agrarios para ver si liquidan la producción, “traen” dólares y dejan de especular con la devaluación del peso… que por cierto haría aún más pobres a quienes parecen ser los únicos que reman el barco.

El chiste de Quino funciona justamente porque no se trata del mismo barco. Las y los trabajadores somos siempre quienes remamos, poniendo el sudor y el lomo en donde se descarga una crisis que esos mismos que reclaman “seguir remando” generan. Porque la pandemia solo vino a profundizar una crisis previa: todas las tendencias que se venían incubando se desataron con mayor brutalidad. No es nueva la crisis económica en el mundo ni en la región. No es nuevo el chamuyo de “la grieta” entre quienes generaron con orgullo las condiciones más propicias para el capital más concentrado y quienes, con discurso preocupado, buscan morigerar la bronca social intentando poner paños fríos pero garantizan las condiciones para que la acumulación capitalista siga su curso. Tampoco es nueva la posición cómplice de la mayoría de las direcciones sindicales que se apuran a cerrar filas con los patrones.

Tan nuestras las manos callosas de remar siempre, como lo son el hambre, la desesperación por no tener un techo, por no tener acceso a la salud. Tan nuestras, como nuestros son los muertos que se cobra este sistema, sea por asesinatos laborales, represión o abortos clandestinos.

El “chiste” de Quino funciona, porque nos deja pensando si se trata de seguir remando ese mismo barco con quienes nos piden “- ¡aguanten!”, o si ya no será momento de organizarse como la misma clase que somos para tirar por la borda todo ese lastre que exige -y concentra, hambrea, explota, reprime, depreda, contamina…- pero que jamás toca un remo.

Equipo de El Roble.

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Editorial El Roble N° 133, Julio-Agosto: «Coyuntura y elecciones»

Descargá El Roble N°133 completo en pdf desde acá.

Desde el colectivo editor de El Roble sostenemos que la tarea central de los trabajadores en este periodo será organizarnos y prepararnos para enfrentar las medidas de fondo que, gane quien gane las elecciones, querrá aplicar.
Las reformas previsional, tributaria y laboral son una necesidad de la burguesía para poder competir en el mercado mundial como lo sostienen empresarios y economistas tanto Macristas como Nielsen, Kulfas o Agis principales candidatos al ministerio de economía si gana Fernández .
La crisis económica mundial irresuelta desde hace una década, una lenta entrada en recesión que viene preocupando al poder económico mundial y la guerra comercial entre EEUU y China darán marco al próximo período.
Es un hecho que la mayoría de la población piensa que votando a las diferentes variantes van a mejorar sus condiciones de vida, pero en realidad el voto es la ilusión ideológica más potente que tiene la burguesía para contener a la organización de la democracia obrera por ello es circunstancial, táctico a quien votemos. (Las variantes que en nuestro colectivo sostienen los distintos compañeros las expresaran en notas a continuación).
Históricamente las condiciones de vida han mejorado cuando las masas movilizadas le impusieron al gobierno de turno que dé concesiones, así ocurrió con el primer peronismo o con el kirchnerismo de 2003/2009 para dar dos ejemplos de periodos con algunos avances en condiciones de vida de la población.

¿Cuál es la situación actual?

En 2020, entre capital e intereses, hay vencimientos por 60.000 millones de dólares solo con el sector privado. Esto es impagable y obliga a ir al default o refinanciar. Los acreedores, impondrán condiciones, se tratará de generar un marco político- social que por más que se tomen medidas como control de precios, cepo cambiario, regulación en la liquidación de remesas al exterior, u otras, asegure las reformas estructurales.
No son lo mismo, pero el ser capitalistas los hace parecidos
Hay dos escenarios posibles luego de las elecciones, uno, que Macri salga reelecto con lo cual, seguramente habiendo aprendido de su intento de reformismo permanente de 2017, que le duró desde las legislativas de octubre hasta la ruptura con el moyanismo y los combates de plaza congreso del 14 y 18 de diciembre donde los y las trabajadoras y sectores populares pusieron un límite a esa idea. Aprendido esto, esta vez intentará meter las reformas estructurales sin más vueltas, probablemente por decreto a sangre y fuego. El otro escenario posible es que gane Fernández quien, renogaciando la deuda, tal vez logre un plazo de gracia para poder meter las reformas solapadas con oí alguna medida que mejore las condiciones de vida momentáneamente, aprovechando el consenso logrado tras un pacto social.

Organizarnos es la unica respuesta

Ante esta perspectiva trabajadores, trabajadoras y el pueblo humilde debemos prepararnos, como decíamos al principio, más allá de quien gane en octubre. El cambio social que necesitamos para realmente salir de esta situación de miseria en que nos han sumido décadas de neoliberalismo en sus variantes populistas o de neto corte empresarial está lejos, no tenemos la organización necesaria para imponer un programa obrero y como ya decíamos no será con los votos que lograremos una salida de fondo a la actual crisis.
Lo mejor que podemos hacer es organizarnos desde abajo para enfrentar la nueva embestida que tendrá el ajuste, tenemos que impedir que pase la ley de reforma laboral con que pretenderán consolidar lo que ya vienen avanzando en varios convenios, y la nueva reforma previsional que querrán imponer, debemos buscar los más amplios espacios de unidad para dar estas peleas y comenzar a prepararnos para recuperar el salario. En el camino de ir construyendo una verdadera organización revolucionaria capaz de darle una salida socialista a la crisis de la humanidad originada en el régimen de propiedad privada de los medios de producción y cambio que es la escencia del capitalismo.

Equipo de El Roble.

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Salió El Roble N° 130 – Abril: «El ajuste no para»

Tapa

A comienzos de este año nos preguntábamos si por ser el 2019 un año electoral, la economía iba a estar más calma, el dólar se iba a mantener estable o el ajuste iba a ser un poco más suave. No hay que pensar demasiado para darse cuenta que la respuesta es no. Las cosas no están calmas y lo vemos todos los días cuando pagamos el colectivo o tren, cuando vamos a comprar para la comida, en cada conversación en el trabajo o en el barrio. Nos quejamos, puteamos al gobierno, al FMI, a los sindicatos que no hacen nada. Pero, qué más vamos a hacer? No alcanza con quejarnos y sacarnos la bronca con quien tenemos delante.

La inflación para el mes de marzo se estima en 4%, el dólar coquetea con llegar a 45. Según la CTA autónoma, quien toma datos del INDEC, la mitad de lxs trabajadorxs, en diciembre de 2018 ganaba menos de 15 mil pesos y en ese momento para no ser pobre se necesitaban 25.500 pesos (recordemos que hoy el salario mínimo no llega ni a la mitad de esta cifra). Tampoco hay que pensar mucho para decir que en diciembre estábamos muy mal y ahora estamos peor.

Y entonces, qué hacemos? Cómo organizarnos para no perder el trabajo y no quedar debajo de la inflación es algo que desde El Roble, pensamos cada día e intentamos discutir con cada compañerx que lee este periódico.

Nuestro pueblo ha sabido salir a la calle, y mucho. Este año, a 43 años del golpe cívico militar eclesiástico, fuimos miles de nuevo en Plaza de Mayo y desde el encuentro Memoria Verdad y Justicia no solo se propuso la memoria del pasado sino la crítica constante al presente. Dos semanas antes, el 8 también salimos, en el marco del Paro internacional de mujeres y disidencias sexuales, y también fuimos miles. Sin embargo, nos está costando unificarnos en los conflictos laborales. No logramos brindar la solidaridad que cada lucha merece, para cumplir con esa idea que dice “golpear con un solo puño”.  En parte, esto se dificulta por las dirigencias de las centrales sindicales, que están bastante lejos de estos objetivos y en parte también porque no llegamos a divisar la gravedad de la situación, pasarles por encima y elegir nuevos dirigentes.

Lo fundamental: unidad para la lucha

El mes pasado decíamos (y decimos) que Cofco, ex Nidera (la aceitera de capitales chinos) y FATE (empresa de neumáticos con una federación recuperada) eran dos empresas a las que teníamos que prestarle mucha atención porque marcan un camino para lxs trabajadorxs ya que, cada una con sus particularidades, nos muestra las formas organizativas que tenemos que darnos para defender nuestros intereses. En asambleas han decidido qué pasos seguir. El contexto es duro pero solo con la unidad y el respeto a las decisiones democráticas (es decir, en asamblea donde todo se plantea, debate y decide por el voto mayoritario ejerciendo la democracia de nuestra clase) podremos ir avanzando en la defensa de nuestros intereses, que siempre van a ser contrarios a los de los empresarios.

Por eso, junto a las luchas en lugares de trabajo, es fundamental poder discutir con cada compañerx que esa situación particular forma parte de un contexto general y de un sistema político que durante decenas de años nos ha privado de nuestra capacidad de decidir. Somos quienes trabajamos y construimos todo lo que existe y sin embargo son los empresarios quienes se apropian de las ganancias. Somos quienes sufrimos todas las políticas gubernamentales y sin embargo no gobernamos. Somos quienes votamos pero nunca dirigimos nuestro propio futuro.

Por eso, desde estas páginas llamamos a levantarnos contra todas las injusticias, llamamos al debate, la reflexión, el estudio crítico y la organización para construir un mundo sin explotación ni opresiones de ningún tipo.

Descargar PDF desde acá.

Equipo de El Roble.

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