En los últimos días se conoció la decisión del Ministerio de Educación Nacional de regresar a las aulas a “revincularnos emocionalmente” con nuestres estudiantes.
Luego de afirmar reiteradas veces que no iba a cometer la locura de comenzar las clases sin la vacuna; Kicillof, al igual que el resto de lxs gobernadorxs, acató la orden impuesta por el empresariado local. Es evidente que detrás de la “preocupación” por la psiquis de les pibxs está la preocupación del empresariado que vio reducidas sus ganancias, porque perder no perdió ninguno. Aunque el gobierno no cesó de girarles los grandes subsidios que reciben año tras año, ya sea en el pago de los sueldos o en la reducción de impuestos (a los que se agregaron los de emergencia por la pandemia; y la luz verde para reducirles el sueldo y todo poder de negociación de aumentos a sus trabajadorxs) los empresarios de la educación no dejan de presionar para que se reanuden las clases, a costa de lo que sea.
El trabajo minucioso como siempre viene desde los medios que instalan en la opiniòn pública preocupaciones de la opinión privada; se pueden ver como pasan por los canales de radio y tele supuestos expertos que muestran hasta con gráficos como perjudica a lxs estudiantes no asistir a la escuela. Algunxs hasta se muestran acongojados por la brecha educacional que existe entre las escuelas ricas y las pobres; que históricamente se basa en la falta de recursos para la formaciòn que posee (vaya contradicciòn) los sectores màs vulnerados y no en la cantidad de horas que asiste al edificio educativo.
En distritos como Vicente Lopez y San Isidro el municipio financió mesas barriales para juntar firmas de las familias que ayuden a presionar a los funcionarios instalando la falacia de que las clases deben volver como si alguna vez se hubieran terminado, al mismo tiempo que desconocen el arduo trabajo que estamos realizando lxs docentes desde nuestros hogares y como siempre sea virtual o presencial, con nuestros recursos. Esta propuesta de actividades recreativas, viene a aumentar màs la explotación que sufrimos lxs trabajadorxs de la educaciòn; a las largas jornadas de trabajo nos sumaron, sin poner un solo peso para las horas institucionales que contemplaba la Escuela 20-30, los ABP (aprendizajes basados en proyectos). Además esta condición de asistencia “opcional” hace que muchas familias decidan no enviar a sus hijxs a quienes luego habrá que sostenerle las clases virtualmente. Para lxs trabajadores esa opciòn será condicionada por la persecución de lxs directivxs e inspectores, o por la posibilidad de perder el empleo.
No negamos que las escuelas son espacios de sociabilizaciòn de lxs estudiantes. Pero estamos ante un virus que ya se cobró la vida de muchas personas, que ha golpeado a las familias de nuestrxs chicxs, siendo los de menos ingresos los màs afectados por la pandemia; esta decisión no tiene razón de ser.
Si tanto les preocupa la educación y la psique de lxs estudiantes ¿porque en estos 7 meses no se hicieron las obras necesarias? las escuelas públicas siguen siendo un depósito con edificios que se caen a pedazos, hay miles de cargos sin crear y miles sin cubrir que brillan por su ausencia. Ni siquiera estamos pidiendo destinar mas presupuesto en este año tan jodido para la economía como dicen; pedimos que el presupuesto destinados se utilice como corresponde y que se deje de llenar bolsillos de funcionarios y empresarios que lucran con la educación para sostener la desigualdad social reinante y a todo el pueblo trabajador ignorante.
La solución no va a venir de quienes se benefician con este desastre, la educación no funciona mal, funciona como la clase dominante quiere que funcione; a los pobres los precariza y a los ricos los aliena para sostener el régimen de injusticia. Que esto cambie depende de la unión y fuerza que seamos capaces de lograr.